Bifurcaciones.
Todos
los días, todas las horas, todos los momentos, toda la vida, está llena de
bifurcaciones. Unas veces nos queremos creer que decidimos, otras nos gusta
decir que es el destino. No hay realmente decisión, realmente es un caño de
fuerte corriente que fluye por las vertientes más favorables cuando llega a la
bifurcación. Nos vanagloriamos de ser unos cuerpos pensantes, cuando nos vienen
los resultados propicios. Cuando la fatalidad se adueña de los resultados,
buscamos culpables. El destino, dios, o el gobierno. Inocentes, incautos somos
siempre buscando culpables para nuestras derrotas. Implacables sabedores del
mundo, cuando ganamos insulsas batallas. Siempre fue así, ya lo decían. Las
victorias les llueven las madres, las derrotas son huérfanas.
Nadie
quiere atribuirse los errores del camino, y ahí surge nuestra búsqueda de
culpables, de cabezas de turco, llamémosles con las mil y una designaciones que
se nos ocurran, pues cuando es de ingeniosidades, nos pintamos solos.
Siempre
hay un por qué ocurrió aquello. Sin darnos cuentas que la casualidad no existe.
La vida nos arrimó allí, eso es lo inevitable. Donde antes éramos dueños de
nuestros actos, comenzamos a ver oscuridad y la luz nos abandona. Entonces nos
acordamos de ella, la suerte. La mala, porque
Yo me
quedo contigo…
Porque
sin ti, ya no vivo…Jejejejejejeje….
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