Hoy he
sentido tus uñas arañar
El torso
de mi cuerpo.
Tus
incisivos, crear surcos profundos
En mi descubierto cuello de cisne alargado.
Tus prietas
manos, tomar mis alcores turgentes
Recorriéndolos
con experto conocimiento.
Cercanía
de apertura húmeda por los envites
De tus
laureados dedos sabedores de mis deseos.
Enseñas
pero esperas, no entregas, y me haces extasiar
Con el
tengo y no concedo, suplícotelo.
La piel
estalla, los bellos están erizados cuan animal
Asustado,
en defensa ante un ataque, anhelado.
Mis
tentáculos empiezan a atraerte hasta mis inmediaciones
Para
comenzar a hilar, la telaraña, donde envolverte.
Las
fuentes interiores emanan los caños del cielo
Provocando
en tu cuerpo cazador, alteración inhiesta.
Dejas tu
papel de incitador a la idolatría y te entregas
A una
pequeña muerte segura, tras el fragor de intensa batalla.
Esta
noche necesito tomarte, exprimirte las entrañas
Pues
lograste de mí, hacer emanar la fuente de savia.
Déjate
que como diosa satisfecha,
Haga de
ti, parte de mi mundo onírico,
Compartamos
el maná de nuestros cuerpos,
Fluyendo
sin reparo, en inhiesta diosa empalada.
Tu presa
soy, mi presa eres, el intercambio vital
Mantis
Hembra y mantis macho, nos hace lograr
La
sabiduría de nuestros cuerpos, tesoro único.
Encontremos
la pequeña muerte, difícil de lograr
Si
arrojo no se brinda en la lucha codiciada.
Me
llenaste esta noche sin temer por tu vida, entregada
Encontraste
la transformación para ser poseído
Logramos
llenar nuestras almas de dichosa corriente.
Sea
ritual obligatorio, éste. Conseguiste destrozar
Mi
dominio de fémina con tus destrezas, trofeo captaste.
Ahora sólo, concédeme ese baile, que ofreciste. ¿Era
un vals?
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