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jueves, 13 de febrero de 2014

Tres Décadas De Terciopelo…

Tres Décadas De Terciopelo…

Ya no llevo porte de galán atrevido
Ni siquiera atuendo de sagaz lozano
Mas tengo tus besos, y me llevas de la mano

Apenas tu mirada, bello reflejo aguerrido.

Así titila la luna en noche enamorada
Un recodo del río, cómplice de nuestra locura
Por ser tú siempre vertiente bien ajada
Que me reporta buen hacer y mejor frescura.

Damisela plena de vida experimentada
Escribe renglones sobre mi cuerpo rendido
Que a tus pies, me sabré inmenso y crecido.

Regodéate de mi espíritu, a ti reverenciada
Diosa te vi, gozosa luz de mi fanal prendido
No dejes que me pierda en entuertos vividos.

Todo somos, el uno junto al otro, apenas nada
En el rumbo de la soledad vertida en el sino
Quedé asido de ti 30 años ha, sigo 50 más.

TQ. Aniló, Musa de mis fases, y sueños reales.


domingo, 9 de febrero de 2014

Si no puedes subir…

Si no puedes subir…

Y dejado los aperos, sobre un rincón
Me he adentrado en la ciénaga, pues te vi
Circunvalando mi sino, y te me escapabas
Mas mi aliento dejé en el derrotero escrito
Hasta llegar a dejarme oír, y elevé tu nombre.
Y hombres que portaban con hombros adoloridos

De una noche larga y rotunda, extenuante
Supieron de mi grito silencioso, de mi clamor
Entre la multitud de paso, en mi soledad
Hasta mis manos te postraron, ay de mí.
Y sí ahora, me delito mirando este instante
En descocada alegría, porque pleno llenaste mi gozo
Al poder dejarme absorber por el cúmulo cercano
En miradas cercenadas por la emoción titilante
De un hombre aguerrido a su Abad, quedo en son.
Y una estampa singular, como todas, se desgarra
Acrecentando la memoria de los hombres, ecuánimes
Que salitre en rostro, asomados al alma de la dolencia
Se aferran a ese ramalazo de mariposas en el vientre
Que zigzaguean describiendo ramales de ocasión ganada.
Y otra vez, si no puedes subir, bajo a tus pies
Si no puedes elevar tu voz, escucho tu silencio
Si no ansías portar más que un roce, te brindo mi capote
Entre tanto, ya te vas pleno, y a mi llenas el zurrón
Pues de qué me sirven los vítores, si tu cara vive el llanto.


©Santiago Pablo Romero. Bluesman. Sábado 08/02/2014