Nunca.
Mi mente
es mortal, venía así de fábrica.
En
espejos me miré.
En
reflejos, te sentí,
Indicándome.
Extrañada
de mi entrega, estabas
Es real
Hace
mucho ya.
Tuvimos
crestas
Bajamos
a valles
Recorrimos
senderos
Caminos
bacheados
Socavones
de profundidad infinita
Escalamos
montañas
Con
nuestras uñas
Siempre
cuando llegas
Iluminas
con tu luz, con tu brillo
Eres Sol
de mi mañana
De mi
tarde, de mi noche
Pues
metamorfoseas en crisálida
Posada
sobre mi lecho.
Nunca,
nunca, sentirás dolor por mí
Nunca
dejaré que te lastimen
Que te
lastimes
Una vez,
no más, se rompe un alma
Las
otras son resarcimientos.
Nunca
pasará un día sin tu aroma
En mi
mente
Nunca,
nunca dejaré que ninguna dama negra
Nos
separe
Pues
conseguí manos
Con
almas
Ellas
nos dan confianza.
Mares
preñados de secretos
Nos
rodean
Descubriremos
sus tesoros
Compartiremos
Nuestras
incursiones
En sus
profundidades
Seremos
cómplices del recelo
Y de los
júbilos.
Juramos
hace mucho ya
Unión de
sentidos
No habrá
despechos
Nunca,
nunca habrá un nunca.
Nunca,
nunca te harán
Ni te
haré
Ni
dejaré que te dañen.
Nunca.
Pues
será, es, y fue desde el principio
Siempre. Siempre. Siempre.
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