Unión
de minorías.
Sí somos
disímiles, extinguibles, nimios, innecesarios…Esa es la opinión de los grandes
grupos. No somos recordados hasta que se necesita un pequeño empujón más
decisivo en el balanceo del mundo. Ello nos enseña, debemos aprender.
Las
grandes corrientes de pensamiento único manejan todos los hilos de la
información, nos manipulan de tal forma que nos hacen creer lo que a ellos le
beneficia.
La
principal estrategia: enfrentarnos. Son un torbellino de grandes aguas a alta
velocidad que arremolinan por doquier las diferentes formas mínimas. Sólo,
poniéndonos de acuerdo y no luchando entre nosotros y aprovechando la dirección
de la corriente para nuestro beneficio. No nos dejemos engatusar, debemos de
saber dejarnos llevar en la dirección, para poner rumbo, igual que el buen
timonel aprovecha la fuerza del viento para navegar y llegar a donde quiere,
con las fuerzas que de otra forma, enfrentándonos directamente nos
destrozarían.
Somos
capaces de vivir sin molestarles, por qué ellos los máximos glotones de la
vida, los arrogantes cerdos que no se conforman con lo que tienen, han de
destruir la vida de los pocos, para apretar más la rodilla en su arcón donde
recogen sus caudales.
Bailemos
a su son, quieren baile, pues bailemos. Utilicemos las armas que tenemos para
doblegarlos, y conseguir. No nos olvidemos en los momentos decisivos,
eliminémoslos, no nos dejemos amedrantar y culpemos al que tiene tanta hambre
como nosotros. Siempre hay una razón para saber lo que ocurre. No se nos olvide
que todos venimos del huevo, aunque no sepamos explicar donde estaba el
primero. Ya llegará ese momento. También el Verne era un visionario, un profeta
de la tecnología y hoy hubiera sido un puro cuenta cuentos.
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