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domingo, 18 de noviembre de 2012

Hostias,1 millón de hostias, un Viaje a Ostia, y la Hostia de Negros.


Hostias,1 millón de hostias, un Viaje a Ostia, y la Hostia de Negros.
Arrastrando mis sandalias, que nada tienen que ver con las del Pescador, pues se me cayó la S, y mira que la utilizo al firmar. Aunque dada las pintas, éste tampoco es de envidiar cuando se refiere a viajecitos y juerguitas, que termina a hostias con el panadero, el que, cómo no, ha de llamarse como el garante del buen camino durante tantos años, San Paco, hostias a mogollón.
Recorriendo las piedras del anfiteatro entre piedras de antaño, de esas que vieron cincelar el famoso decálogo éste, que todos dicen respetar y que apenas unos cuántos se dan de hostias por cumplir. Ese que enfila a un milloncejo de almas, porque seguro apenas son mentes, que sí gentes que portan el asidero sin cuestionamiento. Aquí como la plegaria que canta el que de noctámbulo se escapa entre áuricos legajos y soflamas de bien y ecuanimidad, de paz y alimentación para con los pobres. 
Acabó enredando a un millón de hinchas y haciendo gastar una centena de milloncejos, en apenas una semana. Que, eso sí, pagamos sonrientes entre todos. Y no como en el cuerno ése, plagado de negros, en cola con los mejores cubículos de latón, gentileza de nuestras más magnánimas almas, nuestra buena fe.
Y además algunos optarán por decir, que les mandemos esa pasta, para salvarlos del hambre. Pero eso es imposible, porque no son euros reales, son gastos. 
Aunque signifique más de una treintena de euros por cuello de los hambrientos negros, en un país cuyo PIB no llega a los 500 euros per cápita, y otr@s más sapientes recitarán, aquello del enséñales a pescar y no les de comer bocatas de chorizo,
 que además los muy truhanes son adoradores de otro dios, pues que les solucione el problemete, el dicharachero vellocino.
Ays, al llegar a la costa de la norte, de vuelta, unas cuantas docenetas de ostias, y con ello tranquilo dormí, pues no que a la apenas docena, me sale una que me había tragado su perla, que me quería abrir igual que un lechón en la manifestación de los descerebrados mastuerzos, esos que apenas coincidirán con el acristalado cochecito, del buitre blanco. 
Es por su seguridad y el amor a dios, así que mejor que se queden en las heladerías, que el sol calienta tela.
Y bueno si con todo no os enteráis, ya sabéis a reclamar al maestro armero, el del traje negro y porra en mano, que están para orientarnos en el verdadero camino de corrección y buena letra. 
Y, Por favor, no salirse del cántico reglamentario, que la bula no cubre más que gastos EsGaesticos de las canciones salvadoras. 
Venga sed, buenos y “patrás, camisetita verde JMJ, y estómagos y partes pudendas, petroleadas y Perdonadas y a ver si la próxima se sacáis el bonobusmetropapístico, que os ahorráis una pastorra, de la hostia”…Ahhh, todo por el bien del cielo, que si no, pudiera haber aglomeraciones en la entrada principal y el abuelo Pedro, no está para estos trotes.

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