Vientos de Rebeldía.
Estaba
sentado un poco más alto, sobre el segundo escalón de aquella plaza
emblemática, donde todos habíamos jugado cuando pequeños. Donde se hacían los
festejos del poblado. Donde también surgieron las revueltas que con amargo
dolor todos los mayores recordaban en sus mentes. Bueno todos no, él no lo
recordaba en su mente, él nos contaba el por qué. Nos desmenuzaba las historias
acontecidas en aquellos parajes cercanos, donde se habían perdido en la memoria
tantos familiares. Sin sentido. Pues él nos comentaba, qué hay más importante
que la vida, nada.
Cómo dos
hombres pueden enfrentarse, tenerse un odio tan enorme como para hacer que
maten al otro. El espacio que nos rodea es tan inmenso que el más explorador no
caminará en su vida por un pañuelo de su totalidad. Si el otro te molesta, y su
condición es molestar, porque lleva el virus enfermizo del cuál no es capaz de
ser dueño y dominador, pues apártate de él. La mente de los seres humanos es
tan compleja, tan débil a la invasión de seres que la dominan y la manipulan,
que algunos cuerpos les pertenece. Esos son los peligrosos. Tienen la semilla
de la maldad en su interior, no son personas. Una persona nace desnuda, junto a
otros semejantes y dejándolos evolucionar sin influencias de seres
contaminados, y se desarrollarán como lo que son, semejantes. Se protegerán
frente a otras especies.
Maestro
y tú por qué nos cuentas eso. Por qué los demás dicen que esas cosas no deben
nombrarse e incluso nos prohíben que te escuchemos.
Todos
no, hay muchos que apoyan lo que hago. A otros les domina el miedo, otro de los
parásitos manipuladores de la mente humana. Pero todos aquí tenemos una misión.
Para que la especie no se extinga tenemos que haber de todos. Ellos se
autodestruirían, les puede tanto la gula, que morirían igual que los caballos
se revientan manejados por un jinete imprudente y sádico cuando sólo piensa en
la consecución de la victoria, y tiene deseos superiores a la visión de sus
ojos.
Los
vientos se están moviendo, cuando ello ocurre, los granos del polen se
trasladan a nuevas tierras y las semillas encuentran fertilidad en otros
lugares. Allí nacerán de nuevo y florecerán llenando de esplendor todo lo que
le rodea. Son rebeldes. Sí seguramente de nuevo la cizaña aparecerá y los
vientos de rebeldía de nuevo habrán de airear las semillas. Pero mientras
hayamos semillas dispuestas a volar, a fructificar y dar sin pedir, a no
dejarnos atropellar, los vientos se moverán y la cosecha estará asegurada.
Maestro,
me gustaría ser semilla. No te preocupes por eso. Eres observador, inquieto y
dudas, son un buen comienzo para llegar a ser sabio. Tú serás semilla.
En este enlace podéis pinchar si queréis seguir la publicación de los textos del libro SALPICADURAS . Ya tenéis los cuatro primeros relatos completos, pronto el quinto. MI SUEÑO...SE PIERDE EL TREN con las ilustraciones de José L. Martínez REBOTE.
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