EL SECRETO SOBRE TU GARGANTA.
Nunca la
indiferencia. Siempre la verdad. Forjamos nuestro camino. La fuente que riega
nuestro deseo es la confianza.
Siempre
soñamos en encontrar la piedra filosofal. La verdad absoluta. Somos débiles y
erramos muchas veces. Con otra mano cercana, nos levantamos, seguimos. Nos
apasionamos. Renacemos, creamos, nos enriquecemos, luchamos y vencemos. Todo
escultor soñó con pulir la piedra agreste y encontrar su joya. Todo pintor miró
ese paisaje y soñó con capturarlo, sustraerle su color, llevárselo a su desván
para egoístamente disfrutarlo, hasta conseguir poder fundirlo en el mismo sitio
donde lo tomó, entonces lo entrega al mundo. Es devuelto perfeccionado. Unas
confidencias, unas caricias, juegos de dedos y pieles, de roces y susurros, de
sentidos y vellos a flor de piel, de brisa y arena, de sol y mar, de color y
sabor, agridulce y salados, sabrosos y carnosos, fundidos en uno solo, sin
fisuras, frente al juego perverso de la vida.
En tu
garganta prendo mis labios, mordisco doloroso al comienzo, intenso después,
éxtasis final. La gema sentirá vibrar su corazón cada vez que destape su roce,
y recuerde el lugar donde la gema está, unos labios estuvo, estará cada vez que
sean llamados, pues son labios entregados como portadores de la transparencia y
el equilibrio. Armonía total que otorga el saber protegido, amado, querido y
apoyado en ese momento que llega, pues llega.
Y tu
lágrima tendrá donde caer, pues estaré. Y tu dolor tendrá donde aferrarse,
porque estaré. Y tu penar será leve, estaré.
Nunca
dudes, me entregué a ti. La decisión más acertada es la realizada. Nunca la
postergada. La añorada. Nunca la errada por no realizada. La fuerte es la
tomada, con sus necesidades de perfeccionamiento, todos necesitamos ser
mejorados.
No
existe la persona perfecta, pero existe la Persona, Nosotros lo conseguimos,
hasta el final del sendero sin retorno.
El mundo
que sabe de fuegos. El fuego es rejuvenecedor, limpia malezas y de sus cenizas
renace el púber impetuoso.
Sobre tu
garganta pende la fuerza que te recuerda con su suave roce mi existencia, sueña
con aquellos labios.
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