Envidiados…
Poetas
nacen pringados de letras
Poetas,
tristes cabrones de mujer y hombres
Gritábanle
los tiranos, partiéndoles sus plumas
Desdichados
de ojos verdes, de luceros negros
Lenguaraces
y pendencieros, sin menester
Nada
quieren, insobornables son, nada quieren
No pesan
la plata, no deslizan el cazo, dicen oro no
Apresadlos,
lapidadlos, retenedlos, descuartizarlos
Empaladlos,
acordaos del conde de Draculía
Adornan
el viento de azucenas y amapolas
Rojas
como su sangre, carente de ella, en sus venas
Despilfarrad
su fluido carmín sobre ríos pedregosos
Escarmientos
deberán de servir, de castigo
Gritaban
subrepticiamente los cleptómanos desde Alí
Son la
envidia de los ángeles, pues belleza hacen lo que tocan
No dejan
crecer la cizaña, siembran esperanza
Son
masajeadores de las mentes, soliviantadores de los libres
Conciencia,
libertad, raciocinio, ecuanimidad,
Palabras
mástiles de barcos de guerra, de velas ardientes.
Aunadores
de conciencias en pos de libertades, de razones justas por ser iguales, no más
arcos, que no sean de mi lira.
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