Tan
Claro…
Imperdibles
sujetaban mis pliegues
De
deshilachadas prendas veraniegas
Esas
livianas realas de serviles insinuaciones
Soliviantando
mis resquemores nonatos.
Marcando
el árbol que sombra te daría
Rasgando
los pupitres, con pálpitos deformes
Rodeando
nuestros nombres y cesiones tajantes.
Ese
miedica rasguño en antebrazos temblorosos
Sellando
unas ligaduras sempiternas e inocentes.
Nunca
tan sereno, nada tan sosegado, ni tan claro
Un
destino decidido sin raíces aún penetrando la tierra
Creciendo
tan fuerte, en cuerpos tan pequeños
Prietos
sabores sin sinsabores, más que rosáceas ilusiones
Pergeñando
las mochilas de libros sin libros
Cuadernos
garabateados con innumerables repeticiones
De tu
nombre, de tu cuerpo, de mi deseo, de ti.
Y el
viento pujaba por arrancar las hojas repintadas
Con
niños de la mano, entrelazados, sorbidos
Sin comprender,
pobre viento, de su insignificante fortaleza
Ante tal
contrato sin rúbricas, sólo con candor.
Nunca,
nunca tan claro, escuché cuando dijiste
Susurraste,
murmuraste, arrullaste…ámame, ámame…
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