El
Último Pecio…
La
oronda preñez de la luna, me incita
Está
cargada de hijos de los hombres, cráteres
Empuja
mis aguas y ahogarme desea, pleamar
Levanta
rompientes insalvables, calabobos incesantes
Maderamen
crujiendo en un esqueleto viejo y quebradizo
Suenan
las tánganas de mis rodillas, decadentes
Las
telas se cuartean en jirones de vuelta a sus hilos
Primigenios
augurios, hilaturas creadas, cuerpo de polvo
El
capitán se negaría a abandonar la nao, en maniobra certera
Cuan
cobardía, ratas de primera corretean las amarras
Sonaban
campanas de tesoros encontrados y dientes rotos
Transmutaciones
de oro en pecio, de bergantín en túmulo
Las
almohadas ya no retienen sus plumas, mil batallas perdidas
Risas
contagiadas, rifirrafes de cuerpos prietos y entregados
Lamentos,
gemidos y labios sorbidos, y llega la vértebra sesgada
Un
nervio, una comunicación, un cuerpo es flor, bella flor
Mezclando
en la inmensidad del mar sus gotas insignificantes
Ella
sonríe, altiva, sabedora de su venganza, la bruma la viste
La
engalana, la desnuda y ella se muestra certera y traidora.
La espalda toco en el cieno y me transmuto, ya no
soy tu tesoro, soy el último pecio de tus descubrimientos.
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