Quién
Dijo Nadie…
Las
saetas determinan el color del naufragio
Sus
pupilas arrancadas por un impulso maldito
Un
tarareo de su nombre oculto
Unas
llamas queman sus entrañas
Excéntrico
de líneas opacas
Encamisado
con lianas de psiquiátrica prescripción
Delinea
su visión entre flores cargada de espinas
Marca
con su índice, la destreza del ladrón
Embelesa
a los David frente al Goliat diario
No
cambia su sponsor según su cuenta corriente
Está
loco, le señalan, psicotrópicamente alienan
Entre
paredes blancas sin rendijas e infinita luz hielo
No
duerme, se lo impide la atronadora vibración del altavoz
No
siente dolor en los dedos porque no puede vérselos
Firmar
quiere, el panfleto de su rendición
Quiere
reescribir las flores del mal
Cambiará
los nombres, las fechas, y reescribirá su Charles
Dejará
que lo deslumbren con flashes monocromáticos
Sin
decisión de matices, pensará en única dirección
Mas ya
no se puede, es ciego. Los torturadores gritan Nadie
Y el
negro responde, es a mí. Yo soy Nadie…
Su
cerebro le otorga respuestas inconexas
Le
chirrían las tánganas de sus magullados huesos
Nadie
ultima el sueño final…dejar de parecer una botella de butano vacía y
encadenada…Y grita…Quién dijo Nadie.
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