Reina de Corazones…

Reina de Corazones…

El caucho quedo en el hirviente betún

Los cerdos de la carretera corren contra viento

Ángeles de cuencas vacuas y miradas obscenas

Quién nació más vestido que yo

Para dejar sedas a los pies de mi lecho

Maquillajes de sibaritas de plástico y rosados quehaceres

Soy estrambótica me dicen

Qué saben, si arrastran los árboles donde cobijarse

Envidian el susurrar de mi reloj, a mi ausente oído

Entre jolgorios y chanzas

Y los corazones en mi boca y el azul en mis pestañas

Pobres esmóquines pagados con las excreciones que rezuman

Sabedores de tomar hiel

Y llorar en ascensores de subida a los palcos

Y critican, pero anhelan

No me importa que me critiquen

Soy la reina de corazones

Y sé quién me quiere y quienes me petrolean los bajos

De mis farras

Mendicantes de aire ajeno…

En el Regazo de Tu Noche…

En el Regazo de Tu Noche…

Perfilados son los reflejos

En el lago estático

Aquiescencias oníricas de una noche transitando

Raleas de oscuro ceniciento contrastan con tu delicada pose

Mi pecho habitado por la fruición de tu exhalar

Hundo mis dedos en el plumífero abenuz

Ralentizo el siseo hasta amoldar tus concavidades cretáceas

Premiado entre tus extensas piernas

Arremolinando ovillos de lucidez esquilmada a los mortales

Escondida entre pliegues de blondas exquisitas

Nada te hace perecer en un arriate de Jauja infinita

Soliloquios de luces y apagadas silbas

Pulimentado está el río, en el fluir lento, meciendo tu rostro

Alisando el lecho de tu enjambre vivaz

Pisadas delicadas se desdibujan entre las pecinas

Nadie quiere el olvido de tu paseo

Esta noche la preñez de la gata del cielo, que maúlla sin sonido

Indica tu norte, estrella de gélida apariencia

Y fragor desmedido, dueña de la noche, concédeme un deseo

Déjame la humilde fragancia,

Mientras soy el regazo de tu vientre enardecido.

Un Arcoíris Sobre tu Pelo.

Un Arcoíris Sobre tu Pelo.

Diluyen las translúcidas esquirlas del cielo

Buscando atrapar tu vello, tu crin cenicienta

Se desmadra, te persigue, se revuelve

Y nada le puede, al color de tu arcoíris

Adiestrado para parapetarse ante ti, y ella

La tarde plúmbea se retuerce, se confabula

Mas nada logra, líneas divisorias multicolores

Nos demuestran cuan bella es la miscelánea

Cuan libres son las mentes sin prejuicios

Donde nace el mundo del sentir profundo

Nada que se deje influenciar por anacronismos

Por siervos de dios, ni cánticos trasnochados.

Resuelves saltar, salir que te cale el aguacero

Danzar libremente a cuerpo y alma

Desgranando cada paso, arremolinándolos

Destronando  estirpes de seglares sin tregua

Señor@s que mascan chicle en la iglesia

Zascandiles de torpe culpabilidad dominguera

No, no dejarás que la lluvia te cale, no

Llevas el multicolor arcoíris sobre tu ser

Nada puede mirarte de soslayo, y esquivar

El derecho que tu vida te entregó al nacer

Ser tú mism@ y buscar el final del vasto espacio donde la preñez del mundo genere cúmulos de vida.

Sonrío A Ciegas…(Locura, Porque Quiero)

Sonrío A Ciegas…(Locura, Porque Quiero)

Una cuadrícula de aire inflado

Dos palmos y medio de transparencia

Casi, casi medio cuerpo y la cintura no más

Un solecito y unas cremas, de olorcito a coco

Un ahora, no, que no, ahora sí, que sí

Carcajadas de estridentes gargantas matronas

Cuerpos desnudos, refriéndose en ungüentos aceitosos

Chapoteos, de manos inmensas, risas, chapoteos

Paraguas de rayas multicolores, y unas gafas carey

Cristales de corazoncitos, y piolines de amarillo pato

Un, dos, tres, y zas…ahí vas, ahí vas todo tuyo

Frío, cálido, frío, húmedo, mojado, salpicado, rico

Es mi primera vez, es primer chapuzón, no veo nada

Sonrío, pero no veo nada, sonrío, me cogen, me sueltan

Me ahogo, cuánto agua sin sed, me ahogo, sonrío a ciegas

Es mi primera montaña rusa, es mi primera gran aventura

Unas manos grandes, inmensas me protegen, me recogen

Me suelta, sonrío a ciegas, no veo nada, pero sonrío.

Cuánta agua, cuánta sed, que disfrute de primera vez

La próxima vez, la próxima primera vez, me la pido así.

La Partida…

La Partida…

Las teselas de azabache y níveo mármol

Inundadas por un manto salitroso

Volcado de mi cuerpo, de mis cuencas vacuas

Te plegué en marmóreo bergantín al sueño

Tierras prometidas y distantes

Hoy Neptuno perverso te me devuelve

Sin indulgencia en acarrearme contigo

No eres tú, cálida era tu vida, espiras férvidas

Y te me devuelve, gélida, pétrea y ciega

Octavos cubículos rondan a oriente y poniente

Huestes en guerra viva, diarias afrentas

Víctima inocente, pago de incobrables deudas

Maldito Poseidón de las insondables oscuridades

La tempestad reembolsa un pesar sin vida

Un lucero apagado que destruye mi faro.

La noche en el jardín ha destrozado el fanal

Diluyo mi existencia para pedir el último suspiro.

Nocturno…

Nocturno…

Apenas sobresalía dos palmos del suelo

Era pequeña como un gnomo silente

Al atardecer me embriagaba aquel movimiento

Aquellos golpes sonoros, de martilleos sobre cuerdas

Me gustaba desprenderme del vestido

Acercarme al lacado brillo de aquel mueble oscuro

Dejarme mecer en mi vientre por el vaivén lento

Un viaje al infinito sin mover los pies y planeando

Mi cuerpo se arremolinaba en aquellos serpenteos de teclas

Aquellas manos bailaban un frenesí sobre el blanco y negro

Apoderándose de mi piel, impregnando su sabor sobre mí

Extasiada quedaba tras aquellos atardeceres de sones desnudos.

Era un ritmo lento, vibrante, sedoso y quedo, como gorjeos

Penetraba mi ser, incrustaba sus ínfulas hasta hacerme estremecer, cuerpo sobre cuerpo

Sigo resistiéndome a dejarme la ropa

Sigo desviviéndome por sentir el masaje de sus dedos

El baile de su sainete sobre mi piel, blanca y ligera.

Quién Dijo Nadie…

Quién Dijo Nadie…

Las saetas determinan el color del naufragio

Sus pupilas arrancadas por un impulso maldito

Un tarareo de su nombre oculto

Unas llamas queman sus entrañas

Excéntrico de líneas opacas

Encamisado con lianas de psiquiátrica prescripción

Delinea su visión entre flores cargada de espinas

Marca con su índice, la destreza del ladrón

Embelesa a los David frente al Goliat diario

No cambia su sponsor según su cuenta corriente

Está loco, le señalan, psicotrópicamente alienan

Entre paredes blancas sin rendijas e infinita luz hielo

No duerme, se lo impide la atronadora vibración del altavoz

No siente dolor en los dedos porque no puede vérselos

Firmar quiere, el panfleto de su rendición

Quiere reescribir las flores del mal

Cambiará los nombres, las fechas, y reescribirá su Charles

Dejará que lo deslumbren con flashes monocromáticos

Sin decisión de matices, pensará en única dirección

Mas ya no se puede, es ciego. Los torturadores gritan Nadie

Y el negro responde, es a mí. Yo soy Nadie…

Su cerebro le otorga respuestas inconexas

Le chirrían las tánganas de sus magullados huesos

Nadie ultima el sueño final…dejar de parecer una botella de butano vacía y encadenada…Y grita…Quién dijo Nadie.

No más lágrimas Mujer…es

No más lágrimas Mujer…es

No, no voy a felicitarte, hoy

No es un día especial, no, no lo es

Mas que digan tantas y tantos publicitarios

Que engordan con el beneplácito del maltrato

Diluyen tu bella alma, en perspicaz enganche

Y tú, linda inocencia, te dejas llevar

Sientes su mano salvadora, y te equivocas

No es el sino, si No lo obviaste tú, libremente.

Vístete, sí con tu mejor prenda, sí

Esa que te hace ser tú,la misma elegancia

Silueta libre que agradece una sonrisa, sí

Tú que portas las alforjas, de hijos, llenas

Tú que amedrentas al enemigo de tu estirpe

Tú que eres pedernal ante la adversidad

No te dejes embaucar por engranajes obsoletos

Libérate de ataduras educativas, sociales

No muerdas el anzuelo del macho alfa

Del hombre ladino que juega con tu alma

Que esconde tu corazón tras rejas áuricas

Sé libre, disfruta de la necesidad de ser tú

Cada día, cada instante, no hoy, no un día

Siempre, porque tú, fémina, madre, hermana, mujer, hembra, dama, reina, novicia, procreadora sabedora del espacio tiempo

Aquel que nos atenaza, y domina el misógino y machista mundo que se apoderó de dos dedos más de músculo, nervio y tendón.

Nacimos de tu vientre, y sin ti, no somos nada

Por todo ello, lucha por ti, Mujer…lo mereces.

Danzando entre Anillos de Fuego…

Danzando entre Anillos de Fuego…

Llevo curvas de bailarina y zapatillas a juego

Soy dicharachera, me encantan las borracheras

Mis metales se jalean al verle, son maleables y dúctiles

Ellos, los malos, desean hacerme de porcelana

Y yo soy como Venus, con corazón candente, y solícito

He olido su aroma, desde que volvió, y traspasó el dintel

Esta noche será mía, es pedregal y bravía, es mi fiera.

Llevo encaje negro, aprieta mi piel, me cata

Es el disfraz, soy la novia del monstruo, me relamo al advertirla

Siéntola gacela, danza entre la hierba y el lago, me arenga

Las campanillas de las hojas secas y la brisa, ronronean

Seré su bestia, la felina que aflora sobre su yugular.

Transmutaré en afrodita, y beberé de sus ríos y sus vertientes.

Venerada, sobre esponjas de nenúfares rosados

Extendida en la alfombra de las lágrimas de las piceas

Sintiendo sus dulces lamidos y los puyazos de las sagitas

Alargo mi sabrosa y tierna pulpa, cuan aturdida alondra

Caigo en su influjo, la red está echada, espero paciente

Su zarpazo deseado, deleite de mis derrames, relamiéndome.

Obnubilo sus pupilas entre mis apéndices

Contrastes de fuliginosa y cópula ardiente, husmeo su empeine

La asfixia impregna su ser, el ambiente se torna húmedo

Sofocos, relamidos, aceptación, es mía, quiero, es…

Siente mis afiladas tenazas, moldeando su metal cobrizo.

Somos, lamemos con los dedos la guillotina

Chorrea la carmesí lascivia, tenemos el pubis libidinoso

Somos torrenteras que afloran del deshielo, de las cúspides

Gélidas del tiempo perdido, de las otrora beldades cimas

Nuestro hallazgo bien vale, el salvamento resbaladizo

De pecios lóbregos en depresiones sepultados por la ignominia.

Seamos plenas, disfrutemos del elixir de la vida.

Sabemos de las danzas de los anillos de fuego, mas el aire compartido vale la pena, el riesgo.