El
Laberinto…
Arrancada
de su costado y lanzada al mar
La
tesela que el universo requería para irradiar
El
impaciente pensador desgarrado, recocía sus juicios
Los
nervudos aguijones de sus articulaciones extendían
Redomaban
en intensas flagelaciones su pérdida
El
desgrano del monte otrora áurico, la panacea
El mito
se dejó acorralar en su laberinto de escarnio
Su
cabestrez la llevó a términos infrahumanos
Mucho,
bastante, todo puras astas y nada, nada de protuberancias testiculares, vamos
su vida misma
El
sacrificio de sangre vestal era impuesto,
La sed
de resarcimiento había de ser apagada por aguas níveas
A la
sazón todos danzaban alrededor del fantasma
El
desgranamiento de sus pieles, sus caretas alicaídas
Las
piedras le atrapan tras su estampa de endiosado déspota
Macera
sus entrañas para supurar la inmolación requerida
El
minotauro insaciable le pudo, le arrancó su ser
La
argentia en círculos de tríos decenarios comulgó su final.
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