Una Flor Amarilla…
Grito en la
noche, busco
Una piel me
sujeta, es diván
Mi locura se
yergue, me ausento
Dos granos de
arena del desierto, entre mis dedos
Juego a creer
en el parterre preñado de ella.
Ay, tu aroma,
me dirime la ausencia
Sueños, cierro
los ojos, pido, anhelo
Acaso no
podría ser real
Verter su
alegría, su sonrisa, entre rojas líneas
Prístino papel
colmado de grafías ilegibles.
Elevo la
mirada al cenit
Un cristal
gélido se viste vaho impoluto
Pátinas de sal
crecen en mis retinas
No distingo la
verdad, la flor es amarilla, serás
Y levanto mis
columnas, todo somos, estás.
Ni hay asnos
en la reja atados
No supimos del
verdor en cien años de soliloquio
Quizás tuvimos
un parterre secreto
Lleno,
amilanado por la aurora fría, y el sol temprano
Tierra fértil,
tus manos y la delicada confianza.
Ahora me sé
sabido, me palpo incunable
Nada queda
sino seguir surcando
Embriagado por
la beldad inmensa de tu porte
Minucias negras
recorren este ladero níveo
Mas sí hondas
son sus raíces, lejanas, íntimas.
Tengo una flor
amarilla en mi pecho rojizo
Vibra cuando
late tu parpadeo
Irisa el
horizonte entre mil colores innatos
Bardos de
incipiente locura, pero qué importa
Somos seres de
otro mundo, sí nuestro orbe
Fortuna o truhan
destino, déjanos existir libres.
©Santiago
Pablo Romero.Bluesman.Petirrojo.
Imagen: Pepi
Bobis Reinoso.